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El Gobierno de Aragón garantiza que los embalses en obras "no se tocarán"

El anuncio hecho el sábado en Aínsa por el presidente aragonés sobre la convocatoria de una mesa de diálogo para consensuar un nuevo acuerdo del agua ha desatado una tormenta política, cuando se cumplen casi tres décadas de la firma en 1992 del Pacto del Agua de Aragón (se revisó en 2003), cuyo escaso grado de cumplimiento (apenas se ha ejecutado un tercio de lo presupuestado) ha motivado numerosas críticas a la Administración General del Estado.

Gobierno y oposición discrepan en cuanto a la conveniencia de revisar los acuerdos alcanzados con el consenso de las fuerzas políticas y sociales aragonesas. Ciudadanos ha exigido la comparecencia del presidente Javier Lambán en las Cortes. «"Si Lambán da por muerto el Pacto del Agua, que lo diga con claridad. Nos sentaremos y lo hablaremos. Pero si lo que busca son formulas de aliño para ganar tiempo y evitar fisuras entre sus socios de gobierno, Ciudadanos no entrará en el juego", dijo vía Twitter el portavoz parlamentario, Daniel Pérez Calvo.

El presidente no tardó en contestar para pedirle tranquilidad. "No pretendo derogar el Pacto del Agua. Al contrario, pretendo actualizarlo, buscando soluciones a problemas nuevos y tratando de hacer realidad las expectativas largamente demoradas de muchos regantes. Todo ello a través de acuerdos muy amplios", aseguró Lambán.

Por su parte, el presidente del PP de Aragón, Luis María Beamonte, se mostró alarmado porque el anuncio "viene a poner en duda elementos importantes para el desarrollo social y económico" de la Comunidad, como son el embalse de Biscarrués, el de Yesa o el de Mularroya.

Fuentes del Gobierno de Aragón avanzaron que las obras en marcha, como el embalse de Almudévar o el recrecimiento de Yesa (criticadas por los socios del PSOE), "no se tocarán", pero salvo estas excepciones se quiere abrir el debate a distintos asuntos. En la agenda están las restituciones a los territorios afectados por la construcción de embalses; las alternativas a Biscarrués, un proyecto judicializado que lleva cuatro décadas demorándose "y es uno de los temas que más preocupa"; o las obras pendientes en Monegros II para regar vastas extensiones de tierras de secano.

Lambán aludía, entre otros, a los agricultores monegrinos que llevan desde 1915 esperando la llegada del agua, cuando hablaba de "las expectativas largamente demoradas de muchos regantes". A partir de ahí, indicaron desde el Gobierno de Aragón, "hay que hablar de todo, el debate está muy abierto", porque desde 1992 "han cambiado muchas cosas y han surgido nuevas necesidades". está la Agenda 2030 de desarrollo sostenible, pero también la evidencia de las prolongadas sequías por el cambio climático.

La Comisión de Seguimiento del Pacto del Agua lleva 22 meses sin reunirse, desde marzo del 2018, siendo ministra de Agricultura Isabel García Tejerina. Entonces, la presidenta de las Cortes, Violeta Barba (Podemos), ya propuso una revisión de las obras, que justificó por el tiempo transcurrido desde el primer pacto firmado en 1992, por unanimidad. Recientemente, el PP reprochaba que no ha habido nuevas citas de esa comisión bajo los gobiernos de Pedro Sánchez.

UAGA y Asaja discrepan sobre la oportunidad de una revisión

Los sindicatos agrarios están dispuestos a abrir un nuevo diálogo sobre el agua, pero UAGA y Asaja tienen posiciones divergentes sobre la oportunidad del anuncio de Lambán. Para el presidente de Asaja y de la patronal oscense, Fernando Luna, "esta revisión no es oportuna y responde más a cuestiones políticas que económicas". Si se sienta en una mesa será "con presupuestos y fechas de ejecución de las obras", porque está cansado de esperar décadas para ver una solución a la regulación del Gállego "y que al final acaben en el juzgado no solo el proyecto de Biscarrués sino también la alternativa de consenso", en alusión a las obras de Almudévar.

La Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón sí ve "positivo" volver a hablar del agua "porque el regadío aragonés ha perdido fuerza". Su secretario general, José María Alcubierre, mencionó la necesidad de extender la mancha verde en Monegros II o Bardenas. Además, añadió, "el reto del cambio climático nos obliga a un uso más eficiente". Respecto a obras controvertidas, como Biscarrués, es partidario de acabar el embalse de Almudévar "y luego ya veremos". "No necesitamos más crispación. Las polémicas en Riegos del Alto Aragón nos han costado 40 años de retraso, a diferencia por ejemplo del Canal de Aragón y Cataluña, que ya riega con San Salvador".

Quien tiene claro que no acudirá a esa mesa es el presidente de Riegos del Alto Aragón, César Trillo, tal y como adelantó a este periódico el sábado. "Nosotros no diremos no a Biscarrués, no seremos los que renunciemos, si quieren que lo hagan los políticos. No acudiremos a ninguna mesa", manifestó, una decisión que es mandato de la asamblea.

Lambán hizo mencionó expresa en Aínsa a la necesidad de abrir el debate del agua a las restituciones territoriales. El presidente de la comarca de Sobrarbe, José Manuel Bielsa, recordó que los municipios del Pirineo llevan años reclamando compensaciones por la energía producida en las centrales hidroeléctricas y por las afecciones de los embalses. El último capítulo es la reversión de algunos saltos al Estado, sin beneficio para los ayuntamientos, a los que además dejarán de pagar los impuestos, un asunto también judicializado. Por eso, dijo Bielsa, "nos parece bien que se retome el diálogo después de tanto tiempo".

Fuente: Heraldo de Aragón