Al contexto actual de sequía, se une el de los altos precios de la electricidad, que ya llevaron en el pasado a problemas en los embalses gestionados por la eléctrica.
El año pasado, saltó la alarma en varios ayuntamientos pertenecientes a la Federación cuando embalses de Extremadura o Galicia eran vaciados a toda prisa, con la fundada sospecha de que las compañías eléctricas buscaban maximizar sus beneficios en un momento en el que se disparó el precio de la electricidad tirando de una fuente de producción muy barata como es la hidroeléctrica.
Tras aquellos acontecimientos denunciados por la Federación, que llevaron a la modificación del artículo 55 del Texto Refundido de la Ley de Aguas, parecía que la situación no volvería a repetirse, pero no ha sido del todo cierto. Iberdrola, empresa que explota gran cantidad de embalses por toda España, fue una de las señaladas por los desembalses masivos, al punto que se investigó a la empresa por posible delito contra el medioambiente.
Estos precedentes, parece que no frenan a la eléctrica, ya que tal como titula Pedro Ruiz en su artículo:"Iberdorla vacía sus pantanos al nivel más rápido de su historia". Tal como analiza el autor, de manera sistemática los embalses gestionados por la eléctrica se encuentran por debajo de la media, mostrando como de manera sostenida se prioriza maximizar los beneficios por producción hidroeléctrica incluso a expensas de poner en riesgo el suministro de agua.
Esperemos que no se vuelvan a producir situaciones como las sufridas el año pasado en embalses como los de Ricobayo, ya que con el agua de los hogares y negocios de los vecinos, no hay que jugar.
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