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Los ribereños miran al pantano de San Juan

Los Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía han perdido población y apenas superan los cinco habitantes por kilómetro cuadrado. Se fijan en el caso del pantano de San Juan en Madrid, sin la hipoteca del trasvase, donde la población sí crece

La despoblación parece un problema difícil de resolver, que requiere muchas medidas y presupuesto. Pero hay zonas de Castilla-La Mancha que podrían revertir la pérdida de población simplemente si les dejan hacer. Es lo que plantea el técnico de la Asociación de Municipios Ribereños para estas comarcas que están alrededor de los embalses de Entrepeñas y Buendía. Pide que «se nos dejen nuestros recursos de una vez por todas». Y en su caso, el recurso principal es el agua. Se queja de que cuando se construyeron los embalses se inundaron las vegas y los habitantes de la zona tuvieron que pasar de la agricultura al turismo, pero que al enfocarse del turismo el agua se empezó a ir a otra cuenca por el trasvase y eso ha impedido el desarrollo de estos pueblos, que apenas superan los 5 habitantes por kilómetro cuadrado.
«Los embalses no son limitantes», apostilló Sánchez. En este caso puso el ejemplo de otro embalse cercano a Madrid, el de San Juan, que queda al oeste de esta comunidad autónoma y en el que se ha aumentado la población. La diferencia es que en Entrepeñas y Buendía «el trasvase se antepone a todo».
Explica que «con un llenado del 50% se inunda una superifie del 75% y da sensación de imagen de lleno, y tiene efecto llamada». Sin embargo, cuando baja el nivel del embalse, «produce sensación de desierto».
Expuso que hay bolsas de suelo urbano, pues solo se desarrolló el 50 o 60%. Y ni siquiera con el boom inmobiliario, pues apuntó que esos coincidieron con una etapa de sequía en la que no resultaba tan atractivo el enclave. Comentó que hay otros lugares del Tajo donde sí se ha luchado por los desarrollos urbanísticos como el embalse de Valdecañas en Cáceres, aunque en ese caso la urbanización ubicada en la isla está judicializada. Comentó que las segundas residencias del pantano de Bolarque sí suelen estar ocupadas porque se mantiene una lámina y que en Entrepeñas esa población vuelve cuando el embalse se llena.
Pero no todo es turismo. Sánchez quiere agua también para regadío, que podría ser una salida más factible para el entorno de Buendía. La superficie de regadío en los pueblos de Cuenca es un 1% y en Guadalajara un 1,5%. «¡Cómo se va a asentar población con agricultura de secano que da pocos beneficios!», concluyó.

Fuente: La Tribuna de Albacete